Cristales

La palaba cristales proviene del griego crystallos, nombre que dieron los griegos a una variedad de cuarzo, que hoy se llama cristal de roca. La mayoría de los cristales naturales se forman a partir de la cristalización de gases a presión  en la pared interior de cavidades rocosas llamadas geodas (burbujas) y de la temperatura y otras condiciones del magma donde se formen.

Prefiero no ahondar más en la explicación científica de los cristales porque no es ése mi objetivo, es poder compartir la mirada obtenida al aprender de ellos y la manera decubierta en que nos pueden ayudar al cuidarles.

Los cristales no son solo cristales

Siento importante mencionar que los cristales no son solo un trozo de roca, poseen vida y consciencia propia. Así como detectamos que los animales para nosotros muchas veces"casi pueden hablar", también el reino mineral posee su forma de comunicarse y depende de nosotros sutilizar los sentidos para captar sus vibraciones, en el caso de que deseemos colaborar con ellos.

Parte de la misión de los cristales es ayudar a sostener altas frecuencias de orden y energía, lo cual posibilita al ser humano a equilibrarse dentro del caos que el mismo causa y de las nuevas energías que está invitado a asimilar.
Esa es la razón de que se les da el apodo de armonizadores de lugares porque cuando están en su energía natural son capaces de sostener frecuencias, y al no cambiar en sus patrones, ofrecen su energía de la forma más estable posible en la naturaleza y nos ofrecen su estabilidad y equilibrio para cambiar dentro de los parámetros de orden y armonía en que la naturaleza se mueve.

Cada tipos de cristal posee un patrón específico, que ayuda a reordenar y sutilizar campos vibratorios caóticos y densos que pueda haber en un lugar o ser vivo.

Nos podemos sentir llamados a utilizar un cristal en contacto con la piel o a llevarnoslo a casa para que conviva con nosotros porque nuestra energía detecta que su vibración nos aporta armonía, nos apoya en nuestros procesos y así será si les damos cuidados.
Es bueno aclarar que el cristal nos apoya en nuestro andar pero no realiza sanación más allá de sus límites, ya que si queremos que actúen en nosotros con mayor profundidad, es necesario usar nuestra atención en un trabajo específico para que a través de nuestra consciencia, el cristal pueda ayudarnos, pero no desde una pasividad nuestra, sino como un amigo que nos va a  apoyar en una intencionalidad clara de lo que queramos hacer.